En un área reducida de terreno, el Empordà concentra una variedad de suelos que se da en muy pocos lugares del mundo. Laderas de pizarra, valles de arena. Sedimentos de origen fluvial, tierras ricas en limos y arcillas, suelos de grava…
Tierras que han visto cómo distintas civilizaciones cultivaban el arte del vino. Esta heterogeneidad de las tierras en las que crecen sus viñedos permite a Perelada obtener unas uvas con una amplísima gama de matices.
La Garriga
41 hectáreas de terreno llano, limo arcilloso, con arenas y grava, y de pH ligeramente ácido.
En la finca La Garriga se encuentran las cepas más viejas de Perelada: Garnatxa y Samsó de más de 50 años de edad.
También aquí se localiza nuestra parcela de ensayo, una hectárea en la que comprobamos la adaptación al Empordà de distintas variedades experimentales y portainjertos.