En un área reducida de terreno, el Empordà concentra una variedad de suelos que se da en muy pocos lugares del mundo. Laderas de pizarra, valles de arena. Sedimentos de origen fluvial, tierras ricas en limos y arcillas, suelos de grava…
Tierras que han visto cómo distintas civilizaciones cultivaban el arte del vino. Esta heterogeneidad de las tierras en las que crecen sus viñedos permite a Perelada obtener unas uvas con una amplísima gama de matices.
Malaveïna
Pese a su juventud, la finca MalaveÏna ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad. Este viñedo ha dado ya como resultado vinos de gran personalidad, como el exitoso tinto que lleva su nombre: el Perelada Finca MalaveÏna.
Situada en la localidad de Garriguella, se trata de un terreno de 19 hectáreas de laderas de arcilla rojiza, con presencia de cantos rodados, que favorece el drenaje.