En un área reducida de terreno, el Empordà concentra una variedad de suelos que se da en muy pocos lugares del mundo. Laderas de pizarra, valles de arena. Sedimentos de origen fluvial, tierras ricas en limos y arcillas, suelos de grava…
Tierras que han visto cómo distintas civilizaciones cultivaban el arte del vino. Esta heterogeneidad de las tierras en las que crecen sus viñedos permite a Perelada obtener unas uvas con una amplísima gama de matices.
Garbet
La joya de la corona. La cuna del prestigioso vino Finca Garbet. 12 hectáreas a orillas del Mediterráneo, al norte del Cap de Creus, en terreno montañoso de composición pizarrosa, que obliga al cultivo en terrazas.
El mar refuerza su insolación al reflejar la luz solar, actuando además como regulador térmico.