A mitad del siglo XIX, el paisajista parisino François Duvillers (1807-1881), uno de los más reputados de su época, recibe del Conde de Perelada el encargo de diseñar los jardines de su castillo. Duvillers decide combinar la típica estructura geométrica de Versalles o Chantilly con una más sinuosa, inspirada en los jardines ingleses, y plantar 158 especies, tanto autóctonas como exóticas. Jardins son unos vinos con una complejidad de matices florales, que pretenden ilustrar aromáticamente la esencia de la obra de Duvillers en Peralada.