La decisión de construir una nueva bodega responde a los valores que han sido los pilares de la empresa desde los orígenes: la vocación de hacer grandes vinos de calidad y la convicción de apostar por la experimentación y la innovación. También es la culminación de una historia de amor que desde hace un siglo une a la familia propietaria de la compañía y el Empordà.
El proceso de concepción de la nueva bodega dio comienzo cuando la familia Suqué-Mateu – propietarios de Perelada– confiaron en la intuición del estudio RCR y la pureza de su arquitectura, basada en el respeto por el paisaje preexistente y en priorizar la vertiente emocional y experiencial del espacio resultante
La nueva bodega de Perelada, és la primera de Europa en contar con la certificación ambiental y energética LEED® BD + C, un sello desarrollado por el US Green Building Council que acreditará la sostenibilidad y alta eficiencia de su diseño y construcción.
Las nuevas instalaciones tienen capacidad para dar entrada a 2.700.000 kg de uva y para producir cerca de 1.900.000 litros de vino y 2.240.000 botellas. Al mismo tiempo que la producción, la divulgación de la cultura del vino y la venta del producto han adquirido una gran importancia, convirtiendo la bodega en un equipamiento emblemático de interés enoturístico enfocado a degustaciones, visitas y oferta de ocio.