En un área reducida de terreno, el Empordà concentra una variedad de suelos que se da en muy pocos lugares del mundo. Laderas de pizarra, valles de arena. Sedimentos de origen fluvial, tierras ricas en limos y arcillas, suelos de grava…
Tierras que han visto cómo distintas civilizaciones cultivaban el arte del vino. Esta heterogeneidad de las tierras en las que crecen sus viñedos permite a Perelada obtener unas uvas con una amplísima gama de matices.
Espolla
Una finca de 21 hectáreas situada en las estribaciones de los Pirineos, al norte de Peralada.
Se trata de un suelo pizarroso y ácido cultivado a una densidad alta, de 6.200 cepas por hectárea, para reducir el vigor y la producción de uva y conseguir así vinos de alta calidad y gran personalidad.
El objetivo es que de esta finca salgan vinos de muy alta calidad y con una gran personalidad.